jueves, 13 de marzo de 2014

Un regalo para el hombre

Hace unos cinco mil millones de años ocurrió una gran explosión en el universo y se formaron los planetas, entre ellos la Tierra. Mil millones de años después aparecieron las primeras formas de vida de las que fueron surgiendo, con el tiempo, todas las plantas y animales. Por último, hace unos dos y medio millones de años aparecieron sus criaturas más interesantes: la especie humana. Los primeros hombres y mujeres vivían en un ambiente que no estaba adaptado a su medida y padecían grandes peligros, como las inclementes tormentas y los ataques de las fieras salvajes.
Al mismo tiempo la naturaleza les ofrecía una cantidad ilimitada de recursos para subsistir: agua para beber, plantas y animales como alimento y cuevas donde hicieron sus refugios. Mediante su trabajo aprendieron a sacar mejor provecho de la naturaleza para ir modificando sus condiciones de vida. Surgió, por ejemplo, la agricultura que permitió cultivar cosechas y con las fibras vegetales y el lodo construyeron sus primeras casas. Por muchos siglos la relación entre los hombres y la naturaleza fue más o menos armónica y eso permitió el avance de la cultura y la civilización. Sin embargo, ese equilibrio se perdió en el siglo XVIII cuando surgió la actividad industrial. Por intereses económicos, la naturaleza comenzó a explotarse sin medida y se le perdió el respeto.

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